sábado, 15 de octubre de 2016

LOS SIETE MAGNÍFICOS, aceptamos venganza.

Dir: Antoine Fuqua (2016)


        Un empresario desalmado. Un pueblo aterrorizado. Una mujer buscando justicia venganza. Estos son los ingredientes necesarios para un duelo a muerte entre el bien y el mal. Esto es: LOS SIETE MAGNÍFICOS.



           Lo primero que destaca de esta Los Siete Magnificos nada más comenzar es el volver a oír la característica y reconocible música de un James Horner que nos dejó hace bastante poco, que tenía este trabajo por terminar, y que aquí nos regala, a modo de legado póstumo, algunos temas y composiciones que lucen estupendamente en pantalla, no así el remedo que más tarde intentan hacer con el conocido tema de Elmer Bernstein, que tiene mas pinta de ser obra de Simon Franglen, y que no funciona ya que se acerca demasiado a un tema ya muy reconocible en vez de seguir la senda totalmente independiente de Horner, cuya música ayuda enormemente a meternos de lleno en este film que entra a saco para presentar ya de primeras el punto de origen básico a partir del cual se va a ir desarrollando la película en cuestión.


            Tampoco es que sea este un film para esperar segundas lecturas. Todo es tan básico como la clara confrontación entre el bien y el mal, en donde este último viene representado por un sibilino Peter Sarsgaard, que me ha costado reconocer de primeras, y que es como es porque tiene que serlo, y punto. Ciertamente es una introducción brutal, de las de antes y sin medias tintas.


          A partir de aquí entraremos a presentar a los distintos siete protagonistas de la película, un variopinto conjunto de personajes a cada cual más dispar, formados por Ethan Hawke, Vincent D´Onofrio ( irreconocible de entrada ), Byung-hun Lee ( sigue Hollywood pensando en el mercado asiático), Manuel Garcia-Rulfo ( no olvidemos el latino ), Martin Sensmeier, Chriss Pratt y Denzel Whashington. Algunas de estas presentaciones estarán muy bien desarrolladas y quedan muy naturales mientras que otras estarán, ya no cogidas con pinzas sino con alfileres.


           Está claro quienes son los cabezas de cartel de la presente función: Chris Pratt y Denzel Washington, cuyos personajes son los mejor perfilados pero que comparten su tiempo en pantalla con una roba escenas llamada Haley Bennett, tiene que ser buena si la recomiendan Fuqua y  Denzel tras haber colaborado en The Equalizer, y a la que da gusto ver en pantalla. 


           Aún así la sensación de estar asistiendo a un divertimento muy llevadero se hace patente gracias a no tener ínfulas de gran cine y donde nada parece fuera de lugar, exceptuando el amigo comanche, que da un aspecto algo modernete para mi gusto. Una vez terminadas las presentaciones el film nos ofrece un nudo con un magnifico y enérgico duelo donde el crescéndo de la tensión estará muy bien llevado y que, su desenlace lleno de pólvora y balas, no logra superar pues, y aunque lo intenta, le falta agregar esa pizca de dramatismo crepuscular que la habría elevado unos cuantos palmos más en su concepción. Esto siempre desde mi punto de vista pues los habrá que la prefieran ligera como es en vez de andar "Nolanizando" en exceso ( ¿ya del término no nos desprendemos eh? ).


           No es necesario entrar en comparaciones entre esta película y la obra de Kurosawa, y tampoco con la original, la cual ya en su momento me tocó de lejos y nunca he tenido especial cercanía con ella, excepto por una música que tengo más asimilada como publicidad de Marlboro.  En definitiva Los Siete Magníficos funciona y está por encima de la media de remakes actuales resultando un western de los de antes y muy entretenido.

La Nota de La Noche:









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