viernes, 8 de enero de 2016

LEGEND, más drama que cine negro.

Dir: Brian Helgeland (2015)


             Menudo año que llevamos de cine gangsteril. Primero fue Black Mass y ahora esta Legend que prometía bastante pero se queda a medio camino. Tom Hardy lo es todo en esta película, y toda la película es Tom Hardy, eso que tampoco considero que sean dos super papelones los que desarrolla en Legend pues, a parte de su solvencia como actor, parte de su actuación como el hemano Ron Kray tiene mucho que adeudar a las prótesis bucales que lleva puestas.



            Es Legend una película que empieza con buen pie. Localizada en el East End londinense durante los años 60, la ambientación está especialmente cuidada así como el vestuario y peluquería. Gusta ver este tipo de producciones y Legend va con buen pie presentándonos a los dos hermanos Kray (Tom Hardy x 2), su ascensión como reyes de la calle londinense y su posterior caída, pues se sabe que como todo en la vida las cosas siempre suelen describir una parábola.


              Pero como ya he dicho, lo que parece va a ser una buena película de cine negro poco a poco va apartándose de lo prometido y empieza a ahondar en el ambiente familiar de los dos hermanos y a olvidarse del mundo criminal. Ojo, nunca lo llegamos a perder de vista, pero si es cierto que casi podemos hablar de dos o tres escenas poderosas a mencionar mientras que el resto acaba siendo un poco rutinario. Por lo menos en este caso la película no es tan deslavazada como Black Mass, pero la sensación de decepción no se aparta de nuestra frente al finalizar su visionado ya que esperábamos más chicha, más crimen, más complicaciones...esa mafia que anda revoloteando... Encima tenemos mal aprovechados a actores como Christopher Eccleston, David Thewlis, Chazz Palminteri y Taron Egerton (Kingsman), mientras que por lo menos Emily Browning da la réplica convenientemente a Tom Hardy.


           La decepción es más acusada teniendo en cuenta que su director, Brian Helgeland, es el director de esa joyita interpretada por Mel Gibson llamada Payback y que tanto me gusta en sus dos versiones, la cinematográfica y la del director´s cut.


           Normalmente el apego a la realidad que uno describe en una biografía es una losa muy pesada que impide que una película progrese adecuadamente y que llegue a generar la tensión requerida, pero aquí no hay excusa pues, indagando un poco, resulta que la historia real de los hermanos Kray es todavía más oscura y violenta que la reflejada en esta película, por lo que el resultado es incluso peor.

La nota de La Noche.








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