sábado, 3 de octubre de 2015

BLACKHAT... derribado.

Dir: Michael Mann (2015)


              Michael Mann nos ha dado más de un par de titulos de los más interesantes entre los cuales es de obligado cumplimiento el nombrar Heat, para mi su obra magna. Mann tiene su estilo de rodar y eso es siempre de agradecer si comulgas con él.  Blackhat es su último hijo cinematográfico y llega acompañado por sus luces y sus sombras.



               En esta ocasión Mann nos trae una trama de suspense y acción sobre ciberdelincuentes en la que una serie de ciberataques están poniendo en jaque a los gobiernos de China y EEUU por lo que ambos países deciden combinar sus fuerzas con un equipo especial que decide contar con la ayuda del preso Nick Hathaway (Chris Hemsworth), el creador original del código que está causando todos los problemas. En principio lo hará para ganar su libertad pero al final el atrapar a los responsables se convertirá en algo personal.


                Todo el estilo de Mann, esa manera de captar la noche y sus paisajes urbanos, esa sensación de desasosiego que consigue plasmar en imágenes nocturnas y un tempo pausado que se acelera cuando la película lo necesita son sus señas de identidad y siguen vivitas y coleando en esta Blackhat.  Pero también tenemos sombras que vienen representadas por un argumento poco trabajado y poco atractivo a la vez que un poco enrevesado, situaciones absurdas y alguna secuencia que me ha parecido mal insertada en el montaje.


                En manos de cualquier otro director está película habría sido otro producto palomitero, pero la mirada de Mann le da siempre ese toque de magnificencia, ese querer trascender que da una fuerte sensación de gravedad y dramatismo a todo lo que rueda pero que una vez que se pone en la balanza comparado con lo que nos está contando resulta en mucha paja.  Para que me entendáis esta película está muy cerca de su "Corrupción en Miami", perdiéndose en vericuetos estilísticos y olvidando dar brío a una historia que queda excesivamente extendida para lo que nos está contando. Como ejemplo están esas secuencias en las que Mann nos transporta al interior de un servidor con la camara y seguimos la ruta de la información...una vez está bien, dos cansa. No obstante es de agradecer que Michael Mann sea de los pocos autores que hoy en día tratan al espectador como a una persona adulta y con conocimientos; explicaciones las hay pero tienes que estar muy atento a lo que se dice.


               Tampoco ayuda en demasía una pareja protagonista que no tiene química alguna y que está metida con calzador de los grandes, estando mucho mejor y aportando un poco más de carisma los secundarios.

               La afición que Mann ha desarrollado a usar cámaras digitales es la que menos me gusta de todas las decisiones que este director ha tomado.  En mi opinión el resultado siempre lastra los logros de su visión fílmica, pues da la sensación de estar viendo una película de bajo coste. Ya ocurría en Corrupción en Miami y en Collateral, sin olvidar lo mal que le sentaba a una película de época como fue Enemigos Públicos.


               Aunque parezca que no me ha gustado si que lo ha hecho, con sus luces y sus sombras, siempre es interesante ver una película de Mann. Lastima que la premisa que prometía la película finalmente acabe en un bluff.

 Mann, esperamos que nos traigas cosas mejores en el futuro.

La Nota de La Noche









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